La belleza en la jornada
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Alice Leese, pintora y ganadera de quinta generación, entiende el valor de la paciencia, el respeto y el arte de tomarse las cosas con calma. Ya sea al volante o montada en su caballo, sabe que apreciar el camino es tan importante como el destino.
Todo tejano conoce la belleza de nuestro estado. Desde las praderas de las Grandes Llanuras hasta las montañas y desiertos del oeste de Texas, las vistas no dejan de sorprender. Y aunque el mundo va de prisa, los tejanos llevamos nuestro propio ritmo. Reducir la velocidad para disfrutar del camino no solo te mantiene a ti y a los demás seguros, también te permite descubrir nuevos paisajes, y la belleza del trayecto.


Las prisas arruinan el viaje
En Texas, las carreteras no solo conectan lugares también cuentan nuestra historia. La familia de Alice Leese lleva 120 años trabajando y recorriendo los mismos caminos y terrenos del oeste de Texas (y los años se siguen sumando). No importa si llevas seis meses o seis generaciones aquí, Alice sabe que hay algo en estas tierras que todos podemos valorar.
La gente maneja por estos campos de petróleo a 70, 80 millas por hora. Desearía que manejaran más despacio. Me gustaría mostrarles lo que se están perdiendo.”
Cuando aceleras, puede parecer que vas ganando terreno, pero sacrificar la seguridad por unos segundos pone en riesgo a todos. Como dice Alice, “al fin y al cabo, todos somos vecinos” y las pequeñas cosas que hacemos por los demás en la carretera marcan una gran diferencia.



Trata a todos como vecinos, dentro y fuera de la carretera
Los tejanos somos conocidos por nuestra hospitalidad. Así como recibirías a alguien en tu casa, Alice cree en tratar a todos como vecinos. Eso también se refleja al manejar: siendo amable, cortés y paciente. Saluda al pasar. Respeta el ritmo del entorno y de quienes viven en él. Sé un ejemplo para todo.
Manejar como un tejano significa cuidarnos unos a otros y saber que el camino se disfruta más cuando reduces la velocidad.
Más sobre Alice
Alice Leesees una ganadera de quinta generación, artista reconocida y orgullosamente tejana. A los 53 años, volvió a la universidad para estudiar una maestría en arte en la Universidad Estatal Sul Ross en Alpine. Es conocida por sus pinturas de paisajes que capturan la esencia de la vida en el rancho y de la gente del oeste de Texas.